viernes, septiembre 26, 2025

Dormir bien, clave de salud

 Sábados de fe y vida

 DORMIR BIEN, CLAVE DE SALUD Y LONGEVIDAD

Este artículo surge de una necesidad personal: duermo mal y poco. Es decir: poco tiempo y de baja calidad. Me propuse comprender esta dimensión básica de la salud y de envejecer con calidad (junto a la actividad física, la nutrición y la salud mental son cuatro patas del vivir en abundancia, es decir, de una GRATA VIDA). Además, lo remito un día anticipado porque mañana estaré “fuera del aire”.

 Dormir no es un lujo. Es un pilar de la salud tan esencial como la nutrición, la salud mental y el ejercicio. Durante mucho tiempo se creyó que dormir era “perder el tiempo”, pero hoy sabemos que cada hora de sueño reparador construye futuro: más energía, más claridad mental, más salud y más años de vida

 Sueño y calidad de vida

La ciencia es clara: quienes duermen entre 7 y 9 horas cada noche no solo disfrutan de mejor bienestar, sino que también viven más tiempo. Dormir poco eleva el riesgo de hipertensión, diabetes, depresión y enfermedades neurodegenerativas. En cambio, dormir demasiado suele ser reflejo de problemas de salud subyacentes. En ambos casos, la longevidad se ve afectada.

 El Dr. Peter Attia (leí su libro sobre “La ciencia y el arte de la longevidad”) lo aprendió a base de experiencia: durante años creyó que sacrificar el sueño era señal de disciplina y productividad. Pero la privación crónica lo llevó al límite: quedarse dormido en un quirófano fue la llamada de atención que le mostró que el sueño no es un obstáculo al éxito, sino la condición indispensable para alcanzarlo

 Lo que el sueño hace por ti

Cada noche de buen descanso tu cuerpo trabaja en silencio:

  • Repara tejidos y fortalece músculos.
  • Protege el corazón, regulando presión e inflamación.
  • Limpia el cerebro, eliminando toxinas como la beta-amiloide que favorece el Alzheimer
  • Fortalece el sistema inmune, preparándote para resistir infecciones.
  • Equilibra el metabolismo, ayudando a mantener un peso saludable y reduciendo el riesgo de diabetes.
  • Mejora el ánimo y la claridad mental, haciéndote más resiliente frente al estrés.

 Dormir bien, en definitiva, es un seguro de vida accesible cada noche.

 Punto de vista bíblico

Sí, la Biblia también ofrece reflexiones sobre el sueño y su relación con el descanso, la paz y la confianza en Dios. No habla en términos médicos modernos, pero sí en principios espirituales que refuerzan la importancia de dormir bien. Aquí algunas citas (NVI):

  • El descanso como regalo de Dios: “En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.” (Salmo 4:8)
  • El sueño reparador viene de la confianza: “Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.” (Salmo 127:1-2)
  • El sueño como señal de paz interior: “Cuando te acuestes, no tendrás temor alguno; te acostarás, y dormirás tranquilo.” (Proverbios 3:24)
  • La importancia del equilibrio: La Biblia advierte contra la pereza excesiva que también se asocia al dormir demasiado: “Un poco de sueño, un poco de siesta, un poco de cruzarse de brazos para descansar, y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez como un hombre armado.”(Proverbios 6:10-11)

 En resumen: la Biblia presenta el buen sueño como un don divino ligado a la confianza en Dios y al equilibrio en la vida. Dormir bien no solo restaura fuerzas, sino que refleja una vida puesta en las manos del Señor.

 Cómo cultivar un sueño saludable

El sueño de calidad no ocurre por casualidad: se construye con hábitos. Existen especialista que pueden ayudarte, pero aquí algunas prácticas comprobadas:

  • Mantén horarios regulares: acuéstate y despierta a la misma hora.
  • Prepara un ambiente oscuro, fresco y silencioso en tu dormitorio.
  • Desconéctate de pantallas al menos dos horas antes de dormir.
  • Evita cafeína, alcohol y nicotina en la tarde.
  • Haz ejercicio con frecuencia, pero no justo antes de acostarte.
  • Usa la cama solo para dormir o para la intimidad.
  • Si necesitas una siesta, que sea corta: 20-30 minutos máximo

 Una invitación personal

Dormir no es un obstáculo al éxito, sino la base invisible que sostiene cada logro. Como recuerda Attia, priorizar el sueño es priorizar tu futuro: tu salud, tu familia, tu capacidad de disfrutar la vida plenamente.

 Dormir bien es un acto de autocuidado, una declaración de amor a la vida. Y mucho mejor si tu dormir es colocado en las manos de nuestro Dios.

 GRATA VIDA

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por compartir Don Milton