martes, diciembre 09, 2008

Desde mi estudio / "Lee mis labios..."

Entre la duda y el deseo de creer

Quisiéramos creerle al Presidente Leonel Fernández. No habrá nueva reforma fiscal y mucho menos habrá nuevos impuestos. Sin embargo, al oírle hablar recuerdo dos hechos, uno cercano a Fernández y otro lejano, del siglo pasado.
Un presidente norteamericano se dirigía a su país y decía: "Lee mis labios, no habrá aumento de impuestos" (George Bush). Y es que son tantas las veces que los políticos dominicanos han dicho algo con los labios que luego desmienten con los hechos que ya la incredulidad y la desconfianza están sembradas en el alma política dominicana. ¿Creer en la palabra de un político? ¡Estás loco! Aquí la lista sería enorme (y procedente de todos los bandos). Teniendo el discurso de Fernández delante de mí, quiero parafrasearlo recurriendo a lo dicho por Bush:

• “Lee mis labios, el ajuste fiscal al cual se ha referido el Fondo Monetario, es en base a un ajuste del gasto público”;
• “Lee mis labios, este ajuste consiste básicamente en la focalización y reducción de los subsidios, así como de los gastos de capital”;
• “Lee mis labios, estamos diseñando un programa para que en el 2009 la inflación no sea mayor del 7%”;
• “Lee mis labios, quiero acceso a los fondos de pensiones”;
• “Lee mis labios, estamos formando, mediante decreto, una comisión mixta público-privada de fortalecimiento del sector eléctrico nacional, y lo que procede es concentrar todos nuestros esfuerzos en la búsqueda de soluciones de carácter estructural”;
• “Lee mis labios, la pesadilla de los apagones será cuestión del pasado”;
• “Lee mis labios: cero tolerancia en cuanto a las acciones delictivas y al narcotráfico”…

En unos meses, en algunos casos, y en un par de años, en otros… los dominicanos sabremos si en el Presidente Fernández hay un hombre coherente entre lo que dicen sus labios y lo que expresa su voluntad política.

El segundo hecho viene del litoral del propio gobierno. Corría el año del 2006 y un proceso electoral para elegir autoridades municipales así como nuestro cuerpo legislativo. En Junio 13 del 2006 advertía que teníamos una nueva reforma fiscal a la puerta (Ver: Una nueva reforma fiscal). Diversos sectores, tanto empresarios como funcionarios del Gobierno, descartaban tal cosa. Sin embargo, meses más tarde la reforma tributaria, imponiendo nuevas cargas al aparato productivo, se hizo realidad.

El 22 de diciembre de ese mismo año señalamos cómo los funcionarios dijeron una cosa en el período pre-electoral y luego otra distinta una vez pasadas las elecciones. Se les puede aplicar lo indicado por Bush, Padre: Lee mis labios… pero no le hagas caso (Ver: Cinco elemento de incoherencia). Entre ellos, tenemos que el 24 de mayo de ese año el Ministro de Finanzas, Vicente Bengoa, declaró que el hecho de que el equipo económico se viera en la necesidad de analizar los efectos de la reforma fiscal del 2005 no implicaba cambios en la estructura impositiva (Diario Libre – 25 de Mayo, 2006). Sin embargo, en el caso de la industria cervecera nacional este no es el caso, ya que no sólo se cambia la estructura impositiva aprobada –que implicaba equidad- sino que también se sobrecarga un sector en nombre de pegarle la etiqueta de “vicio”, lo cual constituye una injusticia tributaria. Esto tuvieron que modificarlo unos meses después al desplomarse el consumo.

Temistocles Montás, Ministro Técnico –y buen técnico- planteó también en mayo (Diario Libre – 21 de Mayo, 2006) que el Gobierno –pese a su mayoría en el Congreso- no planeaba introducir una nueva reforma fiscal. En diciembre la defendían con uñas y dientes.

Son sólo dos ejemplos de funcionarios del área económica del Gobierno que dijeron una cosa en mayo del 2006 y defendían otra muy distinta en diciembre del 2006. Ojalá que no haya un maleficio de fechas invertidas: que el Presidente diga una cosa en diciembre del 2008 y defienda otra opuesta en mayo del 2009 ¡Zafe!

Milton Tejada C.
tejadamilton@hotmail.com

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