Algunas consideraciones sobre la Estrategia
Nacional de Desarrollo
Miguel Ceara-Hatton
La Estrategia Nacional de Desarrollo es un esfuerzo
de concertación importante en el que participaron numerosos sectores de la sociedad
dominicana, sin embargo, hasta donde tengo entendido no se consultaron a otras
fuerzas políticas más allá que las del sector Oficial. En todo caso, es un
esfuerzo interesante pero que presenta diversos problemas en su aplicación.
No voy a discutir lo que entiendo es el enfoque
teórico subyacente en la Estrategia pero si me voy a concentrar a algunos
aspectos que hacen difícil su aplicación, particularmente lo que tiene que ver
con los indicadores de seguimiento. Hay 97
indicadores que forman parte integral de la Ley sobre lo cual se puede señalar
lo siguiente:
Primero, al ser los indicadores parte de la Ley, se debe establecer
claramente la metodología y la fuente. Además de tener la garantía de que la metodología no se va a
modificar y en caso de suceder saber cómo se hizo. Esta tarea se puede
dificultar si el Estado Dominicano no tiene el conocimiento directo de la
metodología, lo cual ocurre en varios de los indicadores. Por ejemplo, en el
Eje 1, los primeros indicadores son “Percepción de la Corrupción”, “Fortaleza
institucional” y “Desarrollo burocrático” los cuales son producidos por
organizaciones privadas y por lo tanto el Estado Dominicano puede no tener
acceso a un cambio de metodología. La experiencia indica que las metodologías
de las comparaciones internacionales cambian muy frecuentemente y no son
comparables las cifras en tiempo, siendo necesario reconstruir la serie para
años anteriores cambiando la línea de base.
Segundo, no hay una clara asociación entre las líneas de acción y el
resultado de los indicadores. No hay ningún documento anexo a la ley y que
forme parte integral de ella que establezca la conexión entre acciones y
resultados.
Tercero, no se establece el criterio para indicar el valor de la meta
ni la trayectoria. Esto ocurre en todos los indicadores.
Uno se pregunta: ¿por qué se eligió una determinada trayectoria y no otra? ¿de
dónde salió la trayectoria, que metodología se utilizó? ¿de dónde se sacó la
meta? ¿por qué esa y no otra?. Esto es importante porque la trayectoria está
establecida en la ley.
Cuarto, hay indicadores que debería objeto de una discusión técnica
como es la “línea de pobreza” y hay que señalar de manera transparente
los supuestos para el cálculo del indicador. Si en el futuro alguien cambia la metodología, que pasaría con una
meta consagrada en una ley. Además hoy es sabido que tiene problemas
metodológicos.
Quinto, en los indicadores de calidad de educación se establecen como
referencia el estudio de LLECE/UNESCO. No hay certeza de que ese estudio de repetirá. ¿Qué incidencia puede
tener RD para que se repita el estudio con la misma metodología en el futuro
para que puedan ser comparables?
Sexto, debería haber una discusión metodológica de la sinergia entre
los indicadores. Puede existir, pero están en otros
documentos que no forman parte de la Ley.
Séptimo, al ser parte integral de la Ley, el logro de las metas
deberían estar costeados porque tienen implicaciones para el presupuesto
nacional. No hay referencia de costos ni de
necesidades de recursos para moverse de un punto a otro, por ejemplo en el
uso del agua. El error estuvo en hacer los indicadores parte de la ley.
Tampoco hay ningún documento de referencia que forme parte de la ley que aclare
estos aspectos.
Octavo, es imprescindible un cierre macroeconómica o de consistencia
macro contable para determinar la viabilidad
financiera, las necesidades de crecimiento, inversión y recursos en
general.
Noveno, hay indicadores que dependen del esfuerzo de otros países. Por ejemplo, la participación en el comercio
mundial (las metas 32.19 y 32.20) de las manufacturas y los productos
agropecuarios.
Décimo hay leyes que tienen varios años
en el Congreso que no se han sancionado y se supone se hará en un futuro
inmediato o plazos que se cumplieron y que se postergan aún más. Además en la motivación de la Estrategia señalan que se deben modificar 150
leyes pero en el texto, en los artículos 29 al 32 se indican solamente
alrededor de 25, pero no se indican cuales son las 125 restantes.
Es extraño que un documento normativo,
que es sujeto a tantos cambios y propósitos en las próximas dos décadas sea
amarrado a una ley orgánica y no a un tipo de pacto entre los partidos
políticos y la sociedad civil. Entiendo que aun haciendo los mejores esfuerzos,
es técnicamente difícil cumplir las metas planteadas, porque la línea de base
es movediza y no hay una sola trayectoria, como supone implícitamente la Ley.
Estas metas y su trayectoria cambiarán en muy corto tiempo por la propia
dinámica de la sociedad dominicana. A menos que se piense que la sociedad
dominicana es estática y de trayectoria única, lo cual es un absurdo. Entiendo
que habrá que buscarle una vuelta al hecho de haber puesto metas y trayectorias
como parte integral de Ley. Habrá que hacer un riguroso análisis de costos y un
cierre macroeconómico e incorporarlo a Ley o en su defecto modificarla, de lo
contrario quedará como otra ley más que no se cumple.
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