Un tema muy
debatido y, sin embargo, todavía no cerrado entre cristianos evangélicos
(protestantes). Hay confusiones, ideas falsas, por lo cual es muy importante
que tratemos de hacer una reflexión serena
y clara. Es la prosperidad, de la que habla tan abundantemente la
Biblia, un tema referido a lo económico/material, o hay un concepto distinto,
más alto de la misma?La prosperidad implica, según me parece: obediencia total a la Palabra de Dios, paciencia y trabajo duro, y pasión por las cosas del Reino, que El se ocupa de las añadiduras.
Este tema
será estudiado en las células de la Iglesia Cristiana esta semana.
Este
material sirve de guía o apoyo a dicho estudio. Que les sea de bendición…
“Los que trabajan
empeñosamente se enriquecen.” Proverbios 10:4
DESARROLLO:
Este es un tema difícil, en
el que hay confusiones y falsas ideas, pero que es fundamental que entendamos
bien.
La prosperidad fundamental en
la vida de un hijo de Dios es que pueda cumplir el propósito de Dios y que
Jehová pueda decir de nosotros como dijo de Jesús: “Este es mi hijo amado, en
quien me complazco”.
Nunca debemos dudar del deseo
y la disposición de Dios de hacer prosperar a aquellos que siguen sus caminos. Él dijo que si oímos su palabra y seguimos
sus caminos, leyes y estatutos, nos mandará bendiciones. Bendecirá cada cosa buena que hagamos y hará
que seamos cabeza y no cola. También
dijo que nos bendecirá en la ciudad, en el campo, en la familia, en la comunidad. (Deuteronomio 28) El deseo de Dios es bendecirnos, para mostrar
al mundo que sí hay recompensa al seguir sus caminos.
Si seguimos sus leyes y
disciplinas por nosotros mismos, nos volveremos como el árbol plantado junto a
la orilla de un río, que da su fruto en su tiempo y sus hojas nunca se
marchitarán y todo lo que hagamos prosperará (Salmo 1).
Las personas perezosas se empobrecen
rápidamente. Algunas veces parece que
los malvados son los más prósperos y tenemos la tentación de moldear nuestras
vidas según ellos. Si obtenemos nuestro
bienestar material en base a la trampa, la mentira ó la manipulación, estaremos
en problemas. Dios sabe que las leyes
que estableció significan vida, libertad y prosperidad. Pero también traerán fracaso si son violadas.
Seguir el sistema de Dios,
obedecer su Palabra, es escoger un estilo de vida que le honre en todo, no sólo
en lo material.
Algunos creyentes religiosos
piensan que toda riqueza es mala y que la pobreza es buena. Esto no es verdad. En
ninguna parte de la Biblia encontramos que esto sea verdad. Jesús reprendió a Pedro por esa actitud
cuando dijo: “Él que haya dejado casa, hermanos, hermanas, padre, madre, esposa,
hijos ó tierras por amor a mí y por amor a la causa del entendimiento del evangelio,
recibirá en este mundo cien veces más, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos
y tierras, aunque con persecuciones. Y
en el mundo venidero recibirá la vida eterna.”
(Marcos 10: 29-30). Jesús también
dijo: ...”El Espíritu del Señor está sobre mí.
Me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, y me ha enviado a sanar
a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos, y la vista a
los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos.” (Lucas 4:28) Si aquellos que están cautivos obtendrán la
libertad, el ciego verá y los oprimidos quedarán libres de sus opresores.
Sin embargo, el hecho de que
alguien sea próspero no significa que obligatoriamente es hijo de Dios. Hay
quienes son ricos, prósperos materialmente y están muy lejos de Dios. Es el
caso del rico que narra Lucas 6:19, o del joven rico que al pedirle Jesús que
le siguiera, pero que debía desprenderse de sus riquezas, se marchó triste.
La prosperidad que es
bendición de Dios supone:
1.
Obediencia total
a la Palabra de Dios;
2.
Paciencia y
trabajo duro.
3.
Pasión por las
cosas del Reino, que El se ocupa de las añadiduras.
Al pensar en las cosas
materiales (bienes, finanzas, trabajo, etc.) debemos tener en cuenta:
1.
Que sería tonto
–y pecado- querer utilizar a Dios para nuestros fines. Hay personas que se
acercan al Evangelio buscando sobre todo lo material (que es la añadidura).
Olvidan que lo primero es ponerse a disposición de Dios. Lo que tú, Señor,
dispongas.
2.
Que para los que
amamos a Dios “todas las cosas son para bien”, incluyendo pruebas,
dificultades, retos e incluso enfermedades… que Dios PERMITE muchas de estas
cosas en la vida de sus hijos con un propósito, aunque no lo entendamos en el
momento.
3.
Que las
bendiciones materiales han de colocarse al servicio del Reino de Dios y no al
revés. Aquí retornamos a la Ley de la Siembra y la Cosecha: si Dios te bendice
abundantemente, siembra abundantemente.
PREGUNTAS PARA CONVERSAR
1.
Si vivimos en
dificultades materiales… ¿es señal de que no confiamos en Dios?
2.
¿Puede ser la
prosperidad el fin último de la vida cristiana? ¿Sí, no? ¿Por qué?
3.
¿Cómo no cruzar
la frontera de la avaricia cuando pedimos prosperidad?
4.
Ser pobres
económicamente, es señal de que Dios no nos bendice?
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