lunes, febrero 20, 2012

Redes / Comunicación

Esta semana trataremos en las redes el tema del ESCUCHAR. Es parte de una comunicación efectiva. En este artículo Margaret R. Grigsby nos trata el tema de vencer la tentación de asumir y aprender a escuchar, a observar y a comunicar. LEERLO podrá servirles de apoyo al tratar el tema en sus células. Que Dios les bendiga.



¿Porqué nadie entiende lo que estoy diciendo?  Eso es algo que a todos nos ha pasado o nos pasa.    Puede haber muchas respuestas para esta pregunta, hoy exploraré la mas básica de todas.
Lo primero es la tentación de asumir.  Hay quien  asume que todo el que le rodea “sabe”o “debería saber” que es lo que usted quiere decir y también asume que usted “sabe” o “debería saber”, lo que la gente le quiere decir:  porque es una amistad de toda la vida, porque son pareja desde hace tiempo, porque tienen muchos años de trabajar juntos.  Ello parte de la creencia de que porque tiene la capacidad de verbalizar, tiene la capacidad de comunicarse con claridad.  Lo cierto es que no.  Son destrezas totalmente diferentes.  Igualmente el hecho de tener capacidad auditiva plena no significa que sepa escuchar o ver no significa observar.
Veamos unas definiciones de la RAE que claramente establecen diferencias entre lo uno y lo otro:
hablar.
(Del lat. coloq. fabulāri).
1. intr. Articular, proferir palabras para darse a entender.
comunicar.
(Del lat. communicāre).
2. tr. Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.
4. tr. Transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor.
oír.
(Del lat. audīre).
1. tr. Percibir con el oído los sonidos.
escuchar.
(Del lat. vulg. ascultāre, lat. auscultāre).
1. tr. Prestar atención a lo que se oye.
2. tr. Dar oídos, atender a un aviso, consejo o sugerencia.
mirar.
(Del lat. mirāri, admirarse).
1. tr. Dirigir la vista a un objeto. U. t. c. prnl.
observar.
(Del lat. observāre).
1. tr. Examinar atentamente. 
3. tr. Advertir, reparar.
4. tr. Mirar con atención y recato, atisbar.
Se supone que nos comunicamos para dar certeza o sea reducir incertidumbre.  Para dar claridad, hay que tener claridad.  Si ni usted mismo está claro en lo que quiere decir, mucho menos lo comprenderán los demás.  Y, si lo hacen, es supliendo su falta de palabras o de expresión, con la propia, a riesgo de distorsión.  La distorsión, en este caso, es responsabilidad suya, no del otro.  El inicio de la claridad, es que se tome el tiempo de pensar bien las cosas, expresarlas bien y también estar muy consciente de a quien se la está diciendo, para adecuarla a su interlocutor.  Para ello hay muchas técnicas y versiones, pero ninguna sirve si no decidimos comunicar, observar y escuchar, en cualquier momento en que tenemos interacción con otros.  A diferencia de oir, ver y hablar, que son dones con los que nacemos, comunicar, observar y escuchar, son dones producto de la voluntad para la mayoría de los humanos, con mayor o menor facilidad.  La vida fluye mejor con claridad, es menos cansada y menos frustrante.
Y usted
¿habla o comunica?
¿ve u observa?
¿oye o escucha?

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