Esta es la sexta
de las prédicas que compartimos en Iglesia Cristiana este jueves 5 de abril, en
el Aula Magna de la UASD.
Últimas palabras de Jesús:
“¡Consumado es!”
(6ta palabra).
(Ingrid Martínez de Ureña / Semana Santa
2012 / Aula Magna UASD).
Jn.19: 28-30:
“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba
consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí
una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y
poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el
vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el
espíritu”.
Unos
momentos antes de su muerte Jesús, declaró: "¡Consumado es!" (Juan 19:30). Es una palabra en el griego y puede traducirse,
"¡Hecho!" "¡Ya está!" O "Completado" El Hijo dio
su reporte al Padre en voz alta para que toda la Humanidad pudiera oír, y
entonces fue a casa al Padre habiendo completado su voluntad.
¿A qué cosa se refirió? ¿Qué es lo que
estaba acabado? ¿Qué fue lo que el Señor había terminado y que le hizo clamar a
gran voz, con voz de triunfo, con voz de victoria: Consumado es?
En esa obra sublime de amor que estaba
realizando en la cruz del Calvario, se consumaba todo lo que Dios había
anticipado en el Antiguo Testamento, que el Cristo habría de realizar para
nuestra redención.
En
el huerto del Edén el hombre hecho a perder todo. Y como consecuencia, salió a
vivir a expensas de su propia amargura y de su propio dolor, lo único que
llevaba consigo era el anuncio de alguien que por gracia y misericordia le
había dicho “No te preocupes, porque de la
simiente de la mujer saldrá quien te va a reivindicar (vindicar, defender)”.
Miles
de años más tarde Jesus esta clavado en una cruz gritándole a la Humanidad
“CONSUMADO ES…” El trabajo se ha hecho bien”. Jesus fue fiel hasta la muerte.
Todos
los pecados acumulados, y la culpa de todos los hombres de todos los tiempos fueron
pagados en su totalidad por su muerte. La muerte de Jesucristo completó la obra
redentora. El Cordero de Dios ha hecho un gran sacrificio para el mundo.
Nuestro gran sustituto pagó el gran rescate, pagó hasta el último
centavo. "Consumado es". Consumado significa que no se puede hacer
nada más ni se necesita nada más para asegurar la salvación de los pecadores
(Hebreos 10:11-12). Ni usted ni yo podemos ni tenemos que añadir absolutamente nada a su obra
terminada.
De
ahora en adelante tú puedes mirar a la cruz. Y cuando la mires serás
reconciliado con Dios y vivirás en eterna paz con el Dios del cielo. "¡Consumado es!" Dijo Jesucristo.
"¡Terminado!" ¡Hecho! ¡Completo! Jesús pagó todo, todo se lo debemos
a Él.
El
apóstol Pablo declara: "No hay ahora ninguna condenación para los que
están en Cristo Jesús" (Romanos 8:1). Dijo que “lo que el primer Adán echo
a perder el 2ndo Adán lo restituyo”.
Debemos
continuamente formularnos dos preguntas:
1.
¿Sabemos
que todos nuestros pecados fueron perdonados? ¡No hay condenación! Ya hemos
sido juzgados por nuestros pecados en la cruz y Cristo murió por nosotros.
Estábamos condenados. Fuimos declarados culpables y Jesús bebió cada gota de
nuestra condena y murió por nosotros. "Porque Cristo, cuando aún éramos
débiles, a su tiempo murió por los impíos”. (Rom. 5:6). "Mas Dios muestra
su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros" (v. 8).
Está
acabado y está terminado por siempre (Hebreos 7:27, 9:12, 16; Rom. 6:10).
"¡Consumado es!" grita Jesús nuestro Salvador.
2.
¿Ha
confesado a Dios que es un pecador y que merece la condenación eterna? ¿Ha
creído en la muerte de Jesús y lo que logro por usted y por mi al morir en la
cruz?, Ha cumplido los requisitos justos de Dios para ser salvo por toda la
eternidad?
Lo
único que nos queda a usted, a usted, a usted, a mí y a todos, es CREER en
Cristo. La obra de Cristo es absolutamente suficiente para salvarle y
mantenerlo salvo.
APLICACIONES
Esta
sexta palabra “Consumado es” y lo que ella implica indudablemente tiene
múltiples aplicaciones para nuestras vidas, compartiré las que considero más
importantes:
1.
Si Ud. vive como si los eventos
sucedidos en la ciudad de Jerusalén hace dos mil años, no tienen mayor
importancia para su vida, estas palabras son una seria advertencia a su incredulidad. La Biblia enseña que Cristo murió para salvar a los pecadores
de la muerte eterna.
2.
Si Ud. ha pasado mucho tiempo confiando en sus propios esfuerzos para
salvar su alma, debe abandonar esos
esfuerzos inútiles y acercarse a Cristo
para obtener verdaderamente el perdón de sus pecados por la sangre que él
derramó en la cruz. Debe estar dispuesto a dejar la vida que ha llevado hasta
ahora y acercarse en completa humildad ante él.
3.
Si Ud. está luchando en medio de alguna aflicción, alguna tragedia, algún
dolor, algún desánimo, alguna tentación, estas palabras de Jesús son palabras
de aliento y esperanza. Cristo no
sólo murió para que tengamos vida eterna, sino para que los suyos tuviéramos ánimo y coraje para vivir en un mundo
de angustia, aflicción y lleno de imperfecciones. Para que aun en la
tribulación vivamos gozosos.
4.
Si Ud. está sirviendo a Dios, estas
palabras son un llamado a continuar
perseverando en la gracia que un día nos salvó. Son palabras que nos deben
llenar de agradecimiento por la gran
obra que Dios hizo por nosotros.
El peleador permaneció. Y gracias a Dios que lo
hizo. Gracias a Dios que soportó. ¿Está usted a punto de desistir? Jesus no
desistió y fue tentado, humillado, maltratado, sufrió, lloro y hasta gimió.
¿Está usted desanimado como padre? Permanezca allí. ¿Está usted fatigado de
hacer lo bueno? Hágalo un poco más. ¿Se siente pesimista acerca de su trabajo?
Arremánguese y hágalo otra vez. ¿No hay comunicación en su matrimonio? Déle una
oportunidad adicional. ¿No puede resistir la tentación? Acepte el perdón de Dios
y cambio de rumbo. ¿Se siente abrumado con pesar y desilusión? ¿Están sus
«mañanas» convirtiéndose en «nuncas»? ¿Es «esperanza» una palabra olvidada en
algún aspecto de su vida?
La
tierra de la promesa es para aquellos que simplemente permanecen hasta el fin.
Soportemos! Continuemos firmes hasta que El venga.
La
misión de Jesús se cierra con Broche de Oro, murió como debemos morir todos nosotros, cumpliendo la voluntad de Dios. Por ello mil veces feliz el
cristiano que, a la hora de la muerte, pueda sin temeridad repetir suavemente
en su corazón las palabras de Jesús al Padre: «En cuanto a mí, yo te he glorificado.
«He peleado la buena batalla, he acabado
la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, como es justo, en aquel día, y no es sólo a
mí, sino a todos los que aman su venida».
No hay comentarios:
Publicar un comentario