Cómo
comunicar con los adolescentes
En este artículo Israel Martorell –siempre pensando la
comunicación, nos indica que podemos acercarnos de muchas formas erróneas a los
adolescentes. Es importante determinar por qué nos queremos comunicar con
ellos. Las reglas actuales de comunicación no son suficientes para comunicarnos
con los jóvenes. Están rompiendo con los patrones establecidos que además están
pensados desde la lógica del adulto estable. Existen barreras que hay que
superar, los expertos las llaman limitaciones en la comunicación con los
jóvenes y son muy interesantes de observar desde la óptica de la presentación
del Evangelio a los jóvenes.
Barrera 1: Dirección en un solo sentido
Los jóvenes desean comunicación interactiva, con doble
sentido. Han crecido en un mundo con Internet, el medio interactivo por
excelencia. Es normal poder responder, dar su opinión y esperan respuestas o
actuaciones tras enviar sus mensajes. No te limites a dar sermones, interactúa
con la vida de las personas.
Barrera 2: Comunicación con “máscaras”
Normalmente mucha de la comunicación que usamos está
influenciada por el marketing y la imagen. Intentamos darle un valor añadido a
lo que presentamos. Sin embargo, los jóvenes quieren pruebas. No es un
problema, si somos coherentes con lo que decimos y si, lo que ofrecemos, es
realmente bueno. Ahora, si el mensaje es malo, no innova, no nos escucharán.
Vive el Evangelio con coherencia y presenta como responde a las necesidades del
momento.
Barrera 3: Arrogancia
Si partimos de la idea de que nosotros somos los
listos y ellos los tontos, estamos equivocados. Si pensamos que nosotros somos
los especialistas y que ellos no entenderán fácilmente el mensaje, corremos
peligro de no ser escuchados. La generación que ha nacido con Internet son
auténticos profesionales en el manejo de la información. Esto nos empuja a
prepararnos bien, muy bien, nuestros mensajes. El problema de muchos creyentes
de años, es precisamente creer que lo saben todo. Dios no se puede limitar a mi
conocimiento y si lo crees estás perdido.
Barrera 4: Integración de medios
Los jóvenes perciben perfectamente el tiempo, el lugar
y la función de los medios audiovisuales. Todos estos elementos deben formar un
todo coherente que se pueda explicar a partir de la esencia del mensaje. No
entenderán si usamos diferentes medios que no presenten una coherencia. Esto
nos ocurre con mucha frecuencia cuando planificamos actividades y eventos con
ellos, en los cuales la imagen es muy superior a la calidad del mensaje y
viceversa. Los jóvenes consideran todos los mensajes sobre una misma cosa como
un todo integrado y que se pueden usar al mismo tiempo. En muchas ocasiones nos
hemos convertido en expertos en vender eventos que en realidad son humo, no hay
contenido, no hay Evangelio, no aportan relevancia a la vida de los que
asisten.
Barrera 5: Mensajes sin relevancia
Los jóvenes de hoy, con más de 3000 impactos
publicitarios diarios, son profesionales que entienden cómo funciona la comunicación
y el marketing. Si nuestro mensaje del Evangelio no es relevante para ellos o
por alguna razón no los toca, ni lo ven ni lo escuchan. Te conviertes en
invisible. Además, como están en constante contacto entre ellos (usando redes
sociales y móviles), la información se extiende a gran velocidad, para bien y
para mal.
Barrera 6: La uniformidad
Tenemos la tendencia a pensar que todos los jóvenes
son iguales a mis hijos, sobrinos, hijos del vecino… Sin embargo, cada uno de
ellos tiene su propio entorno y es peligroso generalizar los comportamientos.
Por eso siempre hay que mirar los datos desde la distancia. No podemos mirarlos
de forma superficial y observar su comportamiento sin profundización alguna. La
tendencia a juzgar rápido los casos es el peor enemigo para ayudar a un joven.
Si queremos compartir el Evangelio hay que ser sensibles y estar dispuestos a
escuchar porque cada adolescente es único.
Barrera 7: Hacerse el moderno
Esperar la aceptación por aparentar lo que no somos es
uno de los mayores errores que podemos cometer. Los jóvenes no picarán, así
que, no mientas acerca de ti mismo ni de tus creencias. Tampoco intentes
mostrarles un mundo más bonito de lo que es. Rápidamente descubrirán (recuerda
que tienen acceso a la información) que aquello que muestras no es cierto. En
este sentido también hay que usar la tecnología con inteligencia. Si no tenemos
la suficiente experiencia con su manejo y funciones, es mejor no arriesgarse.
Muchos adultos que tienen que compartir el Evangelio con jóvenes caen en el
error y acaban haciendo el ridículo.
Barrera 8: Limitar la comunicación a un
espacio, tiempo o lugar
La sociedad de la información funciona las 24 horas al
día y los 7 días a la semana. Sin embargo, nuestra relación con Dios o espiritualidad
es el domingo por la mañana. Ellos quieren comunicación constante y nosotros
seguimos empeñados en encerrar a Dios en un lugar, tiempo o espacio. Es por
ello que utilizar las redes sociales, los chats, etc. como herramientas de
consejería resultan muy interesantes. El problema es que muchas veces en las
redes mostramos una cara “muy poco cristiana” (por ejemplo cuando todo mi
pensamiento se centra en mí mismo, cuando lo único importante para mí es la
política o la tecnología ¿dónde queda Dios? O, a veces, al contrario). Mantén
la comunicación siempre abierta.
Barrera 9: Usamos medios que no les gustan
Los jóvenes entre 10 y 18 años pasan más tiempo
delante del ordenador que de la televisión. Internet es el medio de
comunicación por excelencia. Sin embargo seguimos usando los medios que los
gustan para compartir el Evangelio: TV, libros, folletos, radio y demás.
Barrera 10: Criticamos su ocio principal
Los videojuegos son tremendamente populares y una
potente herramienta para la educación y la transmisión del Evangelio, pero con
el inconveniente de que los actuales juegos son producciones millonarias, por
lo que nuestros intentos serían considerados ridículos enseguida si no guarda
los mismos estándares de calidad. Pero hay otras formas que explorar: clanes de
jugadores en red, espacios para Campus, etc. Sin embargo, en los círculos
evangélicos existe una constante crítica a los videojuegos como un mal que hay
que parar.
Si queremos
conectar con los jóvenes, hay que saber comunicar el Evangelio más allá de los
sistemas y formas que se empleaban hace 10 años (en algunos casos 20, 30 o 40
años). Podemos creer que los jóvenes no escuchan el Evangelio, pero
sinceramente, creo que simplemente no les decimos nada, no conectamos porque
usamos formas (en muchos casos de marketing) que están totalmente fuera de su
contexto. Recontar el Evangelio es un desafío, pero si somos capaces de
conectar con ellos garantizo que responden con todo el entusiasmo del mundo.
Para terminar, decir que usar nuevas formas de
comunicación no es precisamente diluir el mensaje del Evangelio, sino
precisamente hacerlo más real, cómo indiqué en el anterior artículo, la
autenticidad es uno de los valores más importantes de esta generación y eso
incluye presentar un Evangelio auténtico y sin adornos humanos.
Ver complete en: http://www.protestantedigital.com/ES/Xtremojoven/articulo/13100/Emcomo-comunicar-con-los-adolescentesem
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