martes, junio 19, 2012

Desde mi estudio / Los picos revelan tu carácter

Lo que el Padre Martín me enseñó

Corría el año de 1979. Yo entraba a mis 20 años. Estaba en el seminario de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC), congregación religiosa católica de origen canadiense (quienes llegaron a dominicana procedían de Québec, aunque la institución fue fundada en Francia).
Un sacerdote, el Padre Martín Luzón, era el director del "noviciado" en donde me encontraba (en El Palmar, Herrera). Era el responsable de organizar la vida comunitaria de unos 20 jóvenes que aspiraban a convertirse en sacerdotes, que estudiaban filosofía o teología y que recibían formación humana y religiosa.
Una de las actividades que parecía recreativa era el jugar baloncesto.
Un intermedio -entre dos y tres de la tarde- era el momento elegido por Martín para el juego de baloncesto. Hora calurosa. Muchachos con muchos bríos. A veces un poco agotados (el cansancio de estudios intensos). Pero había que "botar el golpe", según nos decía Martín. Ah! Y él era el primero en participar en uno de los equipos, con la jovialidad que siempre lo ha caracterizado (ahora se encuentra en el Centro Vocacional MSC, en Licey, Santiago).
La hora de jugar era, pues, una hora "pico", de mucho calor, de intensidad de juego, de compartir, de confrontar, de pelear...
Y entonces... qué aprendí?
Que en las "horas pico" se revela mucho del carácter de los hombres.

Martín nos llamaba -uno a uno, o a veces alguno que otro pequeño grupo- e iniciaba con nosotros una reflexión que se fundamentaba en las actitudes que habíamos demostrado en el juego.
"Mira, tienes poco espíritu de equipo...", y nos daba los detalles.
"A ti te falta agresividad, deseo de defender lo correcto, te amilanas...", y señalaba cómo.
"Tú vas muy bien, esa capacidad de dar pase, de no quedarte con la bola, es un buen punto...", expresaba.
"Caramba, puedes esforzarte más, te pones de blandito...", indicaba.
A veces aspectos positivos, otras veces aspectos negativos. A veces negábamos lo evidente, otras veces lo aceptábamos y entonces podíamos a trabajar en el tema (si era posible).
Martín me enseñó muchas lecciones, pero esta no la olvidaré: las horas pico, las situaciones pico, revelan mucho de nuestro carácter.
Observate y permite que te observen en esos puntos extremos y descubrirás aspectos en los cuales a trabajar y aspectos en que generosamente puede entregarte a los demás, vivir.





2 comentarios:

Modesto Cedano Duran dijo...

Me encantó esta ilustración de una vivencia tuya... así es...los momentos difíciles y apremiantes hacen que aflore quienes somos, nuestro carácter, etc...

Juan Tejada dijo...

Creo que por eso en los momentos mas difíciles sabemos quienes somos y de que somos capaces, es el momento que sabemos el campeón o el perdedor que llevamos dentro.