domingo, agosto 26, 2012

Desde la fe / Discerniendo la voluntad de Dios


 Isaac ya no representa un peligro grave para mi país. Sin embargo, bien sé que dada la situación de pobreza y extrema pobreza -es decir, miseria- hay muchos dominicanos en situación precaria hoy. Por ellos, mi oración a ti Padre, socórrelos, y sobre todo haz posible que conozcan de ti y que descansen en ti.

Los discípulos de Emaús estaban deprimidos y desesperanzados porque no eran capaces de ir más allá de lo inmediato. Jesús  les dio una perspectiva histórica del proceso de salvación. Toda la Biblia es historia de salvación y no debemos percibir una derrota como si fuese el final de la historia, es sólo un episodio más, un momento, la victoria es segura de nuestro Dios, como lo fue la resurrección tras la muerte. Si te quedas en la muerte, estas derrotado. "Mi Dios, poderoso, es el Rey... con su poder y amor, mi Dios poderoso es...", canta el coro, y es ese Dios amor el que, a la vez, es Señor de la historia.

Pastor Rafael Montalvo y su esposa Rocío Lora de Montalvo
¡Cuánta gente linda y distinta hay en nuestra iglesia! Hoy seguimos con la serie iniciada por el Pastor Montalvo el pasado domingo. Esto predicó esta mañana.

Elementos claves para discernir la voluntad de Dios

Rafael Montalvo, nuestro pastor, predica. Nos recuerda que el domingo pasado empezamos a ver la historia de Gedeón. Ubicamos el período entre Moisés y David. Los jueces  eran líderes, con alguna autoridad, a veces reformadores. Gedeón, Sansón, Barack... vemos en este período al pueblo como en una montaña rusa: sube y baja. De la cima a las llanuras. Subir lleva a la bendición. Caer y desobedecer, lleva a dificultades y derrotas.

Israel empobrecía en gran manera... diría yo que es un diagnóstico sociológico con raíz teológica: una situación social enraizada en el pecado del pueblo. Tocaban fondo, como muchos dominicanos y dominicanas. Dios les recuerda que El es el Dios de la historia, en los versos 8 al 10. Gedeón, sin embargo, no es un hombre que se calle sus dudas. Pregunta a su visitante: si Dios está con nosotros, por qué nos vienen tantas calamidades... es la lectura de Gedeón: Dios es culpable, los ha abandonado.

Dios envía a Gedeón con lo que tiene y él trata de poner excusas. Quería estar seguro de que era Dios que había hablado con él. Parece que no era un hombre de mucha fe. ¡Qué grande es Dios que nos utiliza aun en medio de nuestras debilidades y limitaciones!

Sin embargo, puede que nosotros también tengamos nuestras razones y queremos estar seguros de que Dios es quien habla. ¿Cómo puedo estar seguro de que Dios es quien me llama, me habla? ¿Cómo diferenciar la voz de Dios, de la voz nuestra o de la voz de Satanás? Entendamos a Gedeón. Es importante conocer la voluntad de Dios. No caminar de acuerdo a nuestros criterios, sino de acuerdo a lo que Dios tiene para nosotros. No queremos hacer nada fuera de su voluntad, porque es en ella que seremos bendecidos. 

Es cierto que en la medida en que uno oye y obedece, oye y obedece, oye y obedece… tendrá una sensibilidad mayor para identificar la voz de Dios y proclamar como Samuel: Habla, Señor, que tu siervo escucha.
He aquí algunos elementos que pueden ayudarnos a diferenciar la voz de Dios de otras voces:

1o. Todo lo que Dios nos dice en un sueño, una revelación, tiene que estar en armonía con lo que ya ha dicho, porque El no se contradice a sí mismo. No nos enviará a mentir, o robar, no nos enviará a hacer algo que contradiga las Escrituras.

2o. La Biblia dice que en la multitud de consejeros el camino se hace firme. Cuando creas recibir algo de Dios, busca consejeros. Hombres y mujeres de Dios que puedan darte su palabra, su opinión. Dentro de los líderes, los amigos, dentro de quienes tienen madurez espiritual.

3o. Mira a tu interior. Si sientes paz, o si sientes una turbación... Hay una sensación de paz interna, pese a los obstáculos.

4o. Las circunstancias, a veces nos muestran lo que Dios quiere. Una puerta que se abre, una puerta que se cierra... Puedes preguntarte qué indican.

5o. Pequeños detalles. Buscas la respuesta de Dios para algo y ves un detalle y lo recibes como una señal...  a veces alguien te da una palabrita que parece no tener que ver con el asunto, pero tú estás preparado para saber qué Dios tiene que decir.

El hombre que obedece y el Dios que es paciente

¿Quién es este Gedeón, que obedece? En el V. 18: "Te ruego que no te vayas...". Gedeón es un hombre que vive en un pueblo empobrecido. El mismo es de las familias más pobres de Israel. Es tiempo de escasez. Sin embargo, está dispuesto a ofrendar al Señor.

En el V. 20 Dios provee una señal por medio de su ángel... el fuego consume la carne y el pan sin levaduras.

A partir del v. 25 viene un proceso duro para Gedeón. Su padre adoraba a Baal. Dios da orden a Gedeón de derribar el altar a Baal y sacrificar un toro de los de su padre. Este Baal implicaba en su culto orgías sexuales, autoflagelación para lograr el favor de su dios, y Asera era la diosa cananea de la fertilidad, versión de Afrodita, su culto incluía prostitución ritual, masculina y femenina...Era un culto abominable, aborrecible a los ojos de Dios.

Es difícil comprender cómo personas que fueron criadas oyendo la Palabra de Dios, viendo sus milagros, cayeran en una adoración a estos dioses.

Gedeón debía demoler este altar y ofrecer otro sacrificio, a Dios. Era necesaria la paz con Dios antes de ir a la guerra con Madián. No podemos tener victoria en lo que estamos haciendo si todavía hay pecado en nuestro corazón, si hay elementos de infidelidad en nuestro corazón... Gedeón estaba siendo reclutado y esto implicaba una confrontación con su familia y con todo el clan familiar.

Gedeón tenía que dar pasos. 

El cristiano requiere restaurar  si hemos hecho daño. Si hemos roto la relación, debemos ir antes de una lucha. Sea a pedir perdón o a perdonar. Necesitamos sacar el pecado, la maldición, el anatema de nuestras vidas. 

A veces uno tiene en sus casas puertas, pequeñas o grandes, abiertas al mundo demoníaco. Un cuadro, una escultura... y a veces uno  ni sabe. Son elementos de adoración satánica, y lo ignora. Y no lo regales, no des a otro el mal que no quieres para ti.

Antes de Dios dar la victoria, te pide que te deshaga de estas cosas (es bueno guardar recuerdos, p.e., abuelo, papá, etc., pero debemos ser sabios y no convertir este elemento físico con una puerta con el mundo espiritual, démosle el lugar correcto).

Es necesario discernimiento espiritual. La imagen de Baal, había que destruirla. La imagen de Asera, había que acortarla. No hay que andar en espíritu de temor, somos hijos de Dios, pero no seamos ingenuos. Debemos escuchar las advertencias de Dios, renunciar a esas cosas.

La segunda parte es edificar un altar a Dios. No es sólo destruir lo pecaminoso, alejarse del mal, sino vivir en santidad y pureza delante de Dios. 

Gedeón tenía temor, pero lo hizo (lo hizo de noche). Se atrevió, aunque fuera de noche. Uno siente ese elementito de temor ante grandes decisiones. El valiente se atreve, pese al temor, el cobarde no se atreve.

Hacer la voluntad de Dios puede traernos consecuencias terribles. Los adoradores de Baal buscaban la muerte de Gedeón. El padre sale en defensa de su hijo de modo sabio. Gedeón fue llamado Jerobaal. Pero también estaba la ira de los madianitas. Los enemigos se estaban posicionando para venir y atacar nuevamente a Israel. Venía la amenaza, Dios estaba obrando. Todo se preparaba  para el momento de la victoria, momento en que Dios se iba a glorificar.

En el v. 34 se nos dice que el espíritu de Jehová  vino... no podemos cumplir los mandatos de Dios si no es con su poder, con su espíritu, para comunicar, para obedecer, para andar en pureza, en santidad... la obra de Dios no se puede hacer sin el poder de Dios.

Gedeón los convocó y la gente respondió. Y Gedeón temió una vez más. Y puso a prueba a Dios. Y Dios, en su misericordia, mostró su infinita paciencia. ¡Cuánta paciencia tiene que tener Dios con nosotros! Gedeón tiene toda la gente, tiene el espíritu de Jehová, pero parece que su fe era débil. Y aún así, Dios se glorifica en nuestra debilidad. 

Sin embargo, hermanos, hay que tener cuidado con esto de pedir señales. Por su misericordia, puede hacer algo como lo que hizo. Este pasaje no nos autoriza a pedir señales a Jehová. Es probablemente un signo de poca fe. 

Gedeón probó a Jehová. En el capítulo 7, Dios probará a Gedeón. Lo veremos el domingo entrante.

1 comentario:

Karina Lora dijo...

Exelente mensaje!! gracias pastor, es maravilloso saber cuando realmente es la voluntad de EL...