jueves, octubre 18, 2012

Tierra adentro / Superar rezago exportador


 ODCI presenta estudio sobare comercio externo RD
 El Observatorio Dominicano de Comercio Internacional (ODCI) presentó su primera investigación titulada “Indicadores Seleccionados de Comercio Exterior en la República Dominicana: Evaluación de una Década", la cual fue auspiciada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
En ella se plantea la necesidad de superar el rezago exportador y se indica que el análisis de indicadores del desempeño de la última década plantea dudas sobre sostenibilidad de cuentas externas.
El estudio presentado en la Asociación de Industrias de la República Dominicana afirma que “la crisis internacional sorprende al país con uno de los déficits de cuenta corriente y de la balanza comercial más elevados de toda la historia reciente”.
Pável Isa Contreras, autor del estudio, explicó en su exposición que en el 2011 las importaciones de bienes superaron las exportaciones por casi US$9 mil millones, y aunque las exportaciones de servicios, especialmente turismo, superaron las importaciones en unos US$3 mil millones, a lo que se suman las remesas familiares, el déficit de cuenta corriente fue cerca de US$4,500 millones.
“El conjunto de indicadores analizados revelan una importante erosión relativa de la capacidad de la economía dominicana de generar divisas por la vía de las exportaciones de bienes y servicios, y un ímpetu importador que no es sostenible”. A continuación el resumen ejecutivo de dicha investigación.

Indicadores Seleccionados de Comercio Exterior en la República Dominicana: Evaluación De Una Década. 
Una de las misiones del Observatorio Dominicano de Comercio Internacional (ODCI) es construir indicadores útiles para dar seguimiento a la evolución del comercio internacional de la República Dominicana. En esta ocasión el ODCI presenta, a manera de propuesta, y con el objetivo de discutir su pertinencia y ampliar su número, un conjunto de indicadores que dan cuenta de tendencias clave del comercio exterior de bienes del país.
Estos indicadores ponen énfasis en el peso de las exportaciones e importaciones de bienes en la economía, la composición del comercio por tipo de bienes y el grado de concentración de productos y de mercados de origen de las importaciones y destino de las exportaciones.
Por el lado de las exportaciones, el análisis de los indicadores revela que el sector exportador dominicano ha mostrado un escaso dinamismo durante la última década:
·         En 2011, las exportaciones reales per cápita eran apenas un 8% más elevadas que en 2000.
·         A lo largo de la década pasada se aprecia una caída significativa del peso de las exportaciones de bienes y servicios en la economía. Mientras en promedio entre 2000 y 2001 el valor de las exportaciones de bienes y servicios era equivalente 40.7% del PIB, en 2010-2011 fue de apenas un 26%.  En cuanto a las exportaciones de bienes, su peso en la economía cayó desde 26.2% en 2000-2001 hasta 14.7%.
Esta tendencia compromete la capacidad de crecimiento a largo plazo de la economía porque el crecimiento depende de forma crítica de la generación de divisas y de la capacidad de importar bienes de capital, insumos y tecnología.
·         En 2001, la participación de las exportaciones dominicanas en el mercado mundial era menos de la mitad de lo que era a inicios de la década pasada. Ese ha sido el resultado, entre otros factores, del sistemático rezago competitivo que afecta al aparato productivo dominicano.
Simultáneamente,  la composición de las exportaciones ha cambiado de manera notable:
·         El peso de las exportaciones de productos primarios ha crecido hasta colocarse en cerca de un tercio de las exportaciones totales. Las exportaciones de alimentos explican el grueso de ellas.
El crecimiento del peso de las importaciones de alimentos debe ser un tema de preocupación por sus potenciales implicaciones para la seguridad, la vulnerabilidad y la dependencia alimentaria.
·         Las exportaciones de confecciones textiles se redujeron de forma sensible a raíz del cambio en las reglas internacionales del comercio de textiles a mediados de la década pasada. Eso contribuyó de manera determinante a reducir el peso de las exportaciones de manufactura en las exportaciones totales.
·         Se incrementó las exportaciones de nuevos y diversos productos manufacturados. Esas nuevas exportaciones amortiguaron la caída de las exportaciones de confecciones textiles pero no las compensaron totalmente.
·         Las exportaciones de manufacturas se hicieron moderadamente más intensivas en aquellas que usan tecnologías medias y altas, y se redujo el peso de las usan tecnologías bajas y recursos naturales y trabajo. Esto fue en parte el reflejo de la reducción de las exportaciones de ropa que usan intensivamente fuerza de trabajo poco calificada.
Sin embargo, este indicador no da cuenta de la naturaleza de los procesos productivos y las tecnologías que se usaron en el país sino del producto exportado mismo. Por ello, podría estar reflejando la naturaleza de los procesos productivos en otros países donde se elaboraron los insumos de esas exportaciones.
Finalmente, las exportaciones dominicanas no sólo se diversificaron en productos sino también en mercados. El peso de los principales mercados de exportación se redujo y dio paso a nuevos entre los que vale mencionar Haití.

Por el lado de las importaciones, se revela un panorama muy distinto:
       A lo largo de toda la década pasada y hasta 2011, las importaciones han mostrado un gran dinamismo. El año pasado, el valor de las importaciones reales per cápita era un 68% más elevado que en 2000. Compárese eso con el magro 8% de aumento en las exportaciones reales per cápita.
Por cada dólar en que se incrementaron las exportaciones reales de bienes entre 2000 y 2011, las importaciones se incrementaron en 2.5 dólares.
       Tanto el crecimiento económico como la apertura comercial explican este fenómeno. Sin embargo, el ritmo de crecimiento ha sido tan intenso en comparación con el desempeño de las exportaciones de bienes y servicios, que levanta razonables preocupaciones sobre la sostenibilidad de ese proceso y sobre las implicaciones de un ajuste del balance externo, en particular del déficit de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos.
En 2010 y 2011, el déficit de Cuenta Corriente ha sido uno de los más elevados en toda la historia del país, alcanzando US$ 4,500 millones.
       Las importaciones de productos primarios han ganado peso en las importaciones totales. Entre éstas destaca las de alimentos, que han crecido a un ritmo superior a las importaciones totales.
       Las importaciones de manufacturas también han sido muy dinámicas, pero no revelan cambios significativos en su composición, excepto un moderado crecimiento de las importaciones de manufacturas con alto contenido tecnológico.
       Sorprendentemente y a pesar de la apertura comercial con socios específicos como los Estados Unidos, el origen de las importaciones se ha diversificado. Este país, por ejemplo, ha perdido peso como suplidor de bienes de la República Dominicana.

En síntesis, el conjunto de indicadores que se presentan revelan una importante erosión relativa de la capacidad de la economía dominicana de generar divisas por la vía de las exportaciones de bienes y servicios, y un ímpetu importador que no es sostenible.
El ODCI dará un seguimiento permanente a éste y otros indicadores de comercio internacional a fin de apoyar la toma de decisiones de políticas públicas. Igualmente, está comprometido con desarrollar otros indicadores que presten atención al desempeño comercial de bienes y servicios específicos, indicadores de desempeño comercial de corto plazo, así como al análisis de los factores determinantes del comercio, y los costos de transporte y logística.


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