viernes, noviembre 09, 2012

Tierra Adentro / Políticas de Desarrollo Productivo


Este artículo, escrito hace algunos meses -al poner en circulación la obra "4 Décadas de políticas de desarollo productivo en República Dominicana"- es difundido hoy por el Listín Diario. Sus planteamientos, en estos momentos, plantea retos que deberán ser tomados en cuenta. Las negritas son nuestras, MT.

Políticas productivas con incentivos horizontales
SUGIEREN REDUCIR Y GENERALIZAR EL ISR, INCLUYENDO A LAS ZONAS FRANCAS


Milton Tejada
Especial para LISTÍN DIARIO
Santo Domingo

Las Políticas de Desarrollo Productivo (PDP) implementadas en las últimas décadas del siglo pasado lograron desarrollar una industria atada al mercado local, fomentaron el surgimiento de las zonas francas e hicieron posible el despegue del turismo como sector número uno de venta de servicios.

La afirmación se deduce de la lectura del libro “4 Décadas de políticas de desarrollo productivo en República Dominicana”, en el que sus autores, sin embargo, parecen considerar que ya es el momento de pasar de los incentivos verticales a la producción a políticas de incentivos horizontales, sugiriendo cinco ámbitos de apoyo a la producción: ordenamiento del sector energético; asistencia técnica a la actividad productiva; facilitación del acceso al crédito; garantía de estabilidad macroeconómico, y fortalecimiento del clima de negocios.

Rolando Guzmán, Manuel Agosin, Magdalena Lizardo y Rafael Capellán, los autores, indican que hasta ahora los instrumentos de desarrollo productivo se han centrado en la concesión de exoneraciones fiscales y que no parece haber evidencia de que esto vaya a cambiar. Aseguran que “sin embargo, podría ser mucho más efectivo reformar la ley del Impuesto a la Renta, e imponer una tasa más baja pero uniforme a todos los sectores”, reconociendo que esto afectaría a las zonas francas, pero para otras industrias sería un beneficio y un incentivo.

Los autores afirman que el conjunto de Políticas de Desarrollo Productivo (PDP) del período 1983-1992 dio origen a la formación de una economía dual, en donde la industria local y la agropecuaria perdieron participación en las exportaciones. 

El turismo y las zonas francas se revelaron como sectores relativamente dinámicos ligados a la actividad exportadora de bienes (ZF) y servicios (turismo). “Esta dualidad, o combinación de sectores dirigidos a exportaciones con sectores cuya supervivencia parecía depender de mecanismos proteccionistas, acabaría teniendo grandes implicaciones para la economía dominicana, y podría decirse que la superación de ese contexto constituye uno de de sus principales retos en la actualidad”.

Conscientes del desarrollo desigual de las zonas francas, la industria local y el turismo, los autores afirman que “se hace necesario encontrar la forma de transitar desde una economía dual -dividida entre la producción de zonas francas y el resto del sector productivo- hacia una economía más integrada, donde los incrementos de productividad se distribuyan de forma más uniforme”.

Zonas francas y turismo
En la obra se señala que las zonas francas constituyen, en realidad, un esfuerzo por subsanar problemas de gobernanza y de infraestructura insuficiente. En ese sentido, explican que “dentro de las áreas de zonas francas los derechos de propiedad están claramente especificados; no existen los típicos problemas burocráticos para el establecimiento de empresas, la exportación o la importación de insumos; los terrenos donde se ubican las empresas cuentan con todos los servicios básicos; los problemas de infraestructura están resueltos, y se facilita la importación de insumos libre de aranceles para productos de exportación”.

Sobre la cuestión de los bajos salarios, en “4 Décadas de políticas de desarrollo productivo en República Dominicana” se indica que las zonas francas tienen un impacto que califican de “notable” sobre la capacidad de generación de empleo y que aunque se objeta los bajos salarios que predominan en estos parques “es probable que los bajos salarios sean, en gran parte, resultado de una baja productividad de la mano de obra. Por otra parte, es necesario tomar en cuenta que tales empleos tal vez no existirían si no hubiese parques de zonas francas”

La participación del sector de zonas francas en el monto total de exportaciones  se ha mantenido variando, como muestra el cuadro  anterior. Expresado sobre diez, podemos decir que en el 1975 las ZF apenas representaban 0.30 centavos de cada diez pesos exportados, llegando a su mejor momento del 2000 al 2004 cuando, en promedio, representaron 8 de cada diez pesos exportados. Actualmente su participación anda cercana a los seis de cada diez pesos, mientras que las exportaciones que no son de zonas francas alcanzan algo más de cuatro de cada diez pesos exportados (datos a septiembre de 2011).

En cuanto al turismo, la obra evidencia que el ritmo de crecimiento del sector turístico dominicano ha ido disminuyendo en los últimos años.

En la década de los ochenta, el flujo creció a una tasa anual cercana al 13%, pero ese ritmo se redujo a 9.6% en los noventa y a menos de 5% en la primera década de este siglo. El ingreso por turista creció a una tasa anualizada de 16% en los setenta, redujo su ritmo a un 13% en la década siguiente, y a sólo 5% después del 2000.

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