Este es el editorial de hoy del periódico La Información. El editorialista se suma a la posición del CONEP y los empresarios de Santiago de que el país necesita un cambio estructural. Sin embargo, indica que esta toma de conciencia ha sido impulsada por los nuevos gobiernos han incentivado las importaciones y el consumismo, y con ello el endeudamiento y las reformas tributarias consecutivas, soslayando la producción nacional y las exportaciones. Añade que ese cambio estructural ya no se podrá buscar por la vía individualista del cabildeo de privilegios particularistas para cada empresa o proyecto, sino que reclama de la cúpula empresarial disponer de un modelo estructural alternativo frente a la globalización y los políticos populistas neoliberales. “Ese modelo debe formularse en torno al propósito de construir una economía para la exportación y la producción, bajo una estrategia de competitividad que la inserte con efectividad y eficiencia en los mercados globales. Construir ese nuevo modelo con sentido de equidad, es el desafío para el CONEP y los empresarios de Santiago”, concluye magistralmente el editorial.
CONEP reitera posición empresarial
El Consejo Nacional de la Empresa
Privada (CONEP) reiteró su planteamiento de que el país necesita un cambio
estructural y que de no aplicarlo desbordará la capacidad de resolver los
problemas del país en un corto plazo. Este planteamiento reiterativo a su vez
hace necesario que se definan los ejes modélicos componentes de ese cambio
estructural.
El planteamiento del CONEP hace
recordar los señalamientos del Padre Alemán, cuando definía la estrategia de
desarrollo que siguió el país, a partir de los años 60s, distinguiendo dos
caminos del desarrollo económico basado en la iniciativa privada: el camino de
la planificación, con una visión de conjunto y colectiva; y el camino del
desarrollo de proyectos puntuales en los diversos renglones de la economía.
Para el Padre Alemán la estrategia que siguió el país, el gobierno y el sector
privado, fue el desarrollo a partir de proyectos puntuales.
Esa estrategia determinó la
edificación de un tejido económico de la Nación sobre la base de empresarios
individualistas, de visión localista y escasa orientación universalista
(globalizada), e inclinado a recostarse del Estado mediante políticas de
incentivos y exenciones. Esa mentalidad empresarial, por su parte, hizo que el
empresariado no pusiera énfasis en la necesidad de promover condiciones
concebidas dentro de modelos estructurales de políticas públicas. Por el
contrario cada empresario o grupo particular o especial buscó condiciones
privilegiadas con los políticos de turno para obtener ventajas individuales que
les permitieran maximizar los beneficios, por esas vías, en vez de buscarlos por la eficiencia de las
empresas en el manejo de mercados locales e internacionales, en la innovación y
la creatividad tecnológica y la racionalidad organizativa.
Parece que ahora, luego de la
intervención de los nuevos políticos que han combinado el populismo
(clientelar) con el neoliberalismo impuesto al país después del 1996, el cuadro de condiciones se ha modificado
para los empresarios. Los nuevos gobiernos han incentivado las importaciones y
el consumismo, y con ello el endeudamiento y las reformas tributarias consecutivas, soslayando
la producción nacional y las exportaciones, con lo cual han creado un clima amenazante para el
empresario, que ha hecho que la cúpula empresarial comience a tomar conciencia
de la necesidad de un cambio estructural que redefina la relación
Estado-Empresa.
El nuevo camino
Pero ese cambio estructural ya no se
podrá buscar por la vía individualista del cabildeo de privilegios
particularistas para cada empresa o proyecto, sino que reclama de la cúpula
empresarial disponer de un modelo estructural alternativo frente a la globalización y los políticos populistas
neoliberales. Ese modelo debe formularse en torno al propósito de construir una
economía para la exportación y la producción, bajo una estrategia de
competitividad que la inserte con efectividad y eficiencia en los mercados
globales.
Construir ese nuevo modelo con sentido
de equidad, es el desafío para el CONEP y los
empresarios de Santiago.
¡Manos a la obra!
(Tomado de La Información).
No hay comentarios:
Publicar un comentario