Problemas de
comunicación en las empresas familiares
Las empresas
familiares poseen multitud de virtudes, no obstante, por la mezcla generada
entre negocio y familia, se dan ciertos problemas comunicativos.
Una empresa
Familiar es aquella en la que la totalidad o la mayoría del equipo de trabajo
está integrado por miembros de una familia, ya sea de forma directa o indirecta.
La comunicación organizacional siempre es un tema complejo, por la relación
directa entre los comportamientos humanos y las necesidades empresariales.
Sin embargo,
cuando se observan las pequeñas y medianas empresas de origen familiar, se
puede percibir que el universo comunicativo tiene un integrante personal que
muchas veces pesa más que el organizacional, por lo que encontrar el equilibrio
entre un factor y otro puede volverse una trabajo titánico, sobre todo si la
empresa familiar comienza a crecer y a incorporar entre sus filas a personal
sin ninguna relación de parentesco.
Homeostasis o resistencia al cambio
La asignación
de la personalidad del fundador o de la identidad familiar a la empresa suele
generar una actitud inmovilista por parte de los puestos directivos a la hora
de adaptarse a la nueva realidad social y profesional del siglo XXI, que exige
la continua renovación de los productos y las identidades de las empresas.
Por otro lado,
se debe tener en cuenta que esta resistencia al cambio es inherente al ser
humano y al miedo que genera cualquier cambio en el status quo. No obstante, en
el plano de la empresa siempre se debe ir más allá, pues, en la mayoría de los
casos, la homeostasis genera la sensación de lentitud o imposibilidad de toma
de decisiones, con la consecuente desazón e impotencia del equipo de trabajo.
Organigrama inexistente o
insuficiente
A menudo las
empresas de corte familiar no poseen una definición clara de los límites en las
responsabilidades, funciones y obligaciones de cada puesto en su jerarquía
interna, lo que genera constantes problemas al no definir de una forma clara a
quién debemos dirigir nuestra comunicación. Esta desorganización interna es un
factor desestabilizante de la productividad y genera una sensación colectiva de
desconfianza permanente y desinterés por parte del director general en las
ideas o propuestas del resto de sus empleados, al encontrarse estos, se quiera
o no, con una barrera comunicativa permanente.
Confusión entre la propiedad y la
capacidad para dirigir
Estas empresas
suelen tener entre sus puestos directivos a familiares que, más que poseer
capacidad de liderazgo o, incluso, formación profesional, poseen una relación
familiar directa o indirecta con el dueño de la empresa; lo que conlleva, de
nuevo, a generar un ambiente desorganizado ante la ausencia de una figura
organizadora carismática y capaz.
Del mismo
modo, ante la situación de incompetencia de estos empleados en puestos de
autoridad se le plantea al empleador la necesidad de ver la realidad y proceder
al despido o la reubicación (según la gravedad de la negligencia) o bien, de
permitir que estos familiares, por evitar conflictos en lo personal, sigan
mermando la calidad laboral.
Egocentrismo en las ideas
Esta situación
es de las más perjudiciales y, al mismo tiempo, de las más recurrentes en este
tipo de empresas, pues, se presenta, en la mayoría de los casos de forma
involuntaria al confundir la propiedad de la empresa con el ser dueño del
personal y la imposición de las ideas del director de una forma egocéntrica y
absolutista, quitando méritos u obstaculizando las ideas del personal y
ocasionando la desmotivación, y, en última instancia, la tan temida rotación de
personal.
Resistencia a la asesoría externa
El exceso de
confianza entre los familiares que interactúan en la empresa y la insuficiente
comunicación intrafamiliar puede ocasionar situaciones tensas que acaben
mermando la consecución de acuerdos y actividades profesionales, por lo que si
no recurrimos a la asesoría externa, que nos puede otorgar cierta imparcialidad
y distancia a la hora de tratar situaciones, la salida de esta espiral
irracional quedará más lejana al no contar con una fuerza equilibradora.
Es necesario
destacar que estas características son genéricas y pueden presentarse de forma
conjunta o independiente, además de ir acompañadas de otras que no se hayan
mencionado en el presente artículo. A la hora de analizar estas deficiencias en
la comunicación se debe adoptar una actitud constructiva y fuertemente
autocrítica para que poder pasar al siguiente nivel en el que se podrán
enfrentar las deficiencias empleando herramientas y estrategias comunicativas
eficientes.
Maria
Dominguez Gomez / Tomado de: Noticias
de Hoy - Problemas de Comunicación
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