El siguiente es un breve relato escrito por mi padre, Apolinar Tejada. Me indica el tipo de familia que somos y hemos sido. Los comparto con ustedes. En la foto, mi padre y mi madre el día de su boda.
"El miércoles 23 de enero de 1980 no amaneció ni un centavo en la
casa. Tayota, trigo, unos tomaticos y un poquito de molondrones, más un poquito
de salta. En la mañanita Aquino, quien dirigía la construcción de la casa de
Chuchú González, pidió un poquito de sal por lo que ya ni eso quedó para
desayunarnos. Carmen y yo pasamos toda la mañana haciendo diligencias por la
comida, no pudiendo encontrar nada.
A las 12.10 Ambiorix consiguió un peso prestado y mandamos a José
a comprar algunas cositas. Le hicimos una notica y le dijimos que fuese rápido.
Al poco momento volvió buscando el peso, que creía se le había quedado. En
realidad, lo perdió. Nos sentamos a la mesa a comer nuestro trigo sin sal,
tomates y molondrones, todo sin sal. Daba risa si no hubiese sido por la carita
de Yadira cada vez que tragaba un bocado de eso que quería ser comida, pero que
por falta de sazón no lo era.
Para la noche pudimos conseguir una abundante y nutritiva cena.
Escribo estos recuerdos por lo que puedan enseñar
en el futuro".
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