Cómo
resolver los conflictos con tus hijos
Pilar de la Torre |
Una fuente que disfruto es el
proyecto del BBVA-El País: ‘Aprendemos juntos’. Hoy he escuchado a Pilar de la Torre, licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid,
especialista en Psicoterapia Gestáltica, fundadora y directora del Instituto de
Comunicación No Violenta, y principal exponente de esta metodología. Autora del
libro: Fundamentos y Prácticas de la Comunicación no Violenta. Esta psicóloga sigue el modelo de Marshall Rosenberg. “Para mí, las herramientas más poderosas en
el proceso de comunicación no violenta son sus cuatro pasos: hechos, sentimientos,
necesidades y acción. Es decir, cuando legitimamos la experiencia o vivencia
interna de un niño estaremos reforzando su autoestima y esto se consigue a
través de la escucha, compresión y aceptación”, expresa.
Escuchada en YouTube. Contribuido de: https://www.youtube.com/watch?v=ut9ITixue1o&feature=emb_logo (9 de Abril, 2020).
1.
Violencia “todo aquello
que hacemos o no hacemos, que decimos o no decimos que genera daño para la otra
persona, mucho o poco, que lleva a que la otra persona, en el caso de nuestra
familia, nuestros hijos, se sientan dolidos, se pongan a la defensiva, se
cierren, se alejen emocionalmente de nosotros”.
2.
“Las
palabras, cómo nos expresamos y la energía que ponemos en esa expresión pueden
alimentar el desencuentro con nuestros hijos. O a la inversa, pueden hacernos
vivir proximidad y cercanía”.
3.
Los niños
necesitan estar seguros de que tienen un
lugar en la familia. Los niños necesitan sentirse mirados con calidez.
4.
Obstáculos
de la comunicación con nuestros hijos: juzgar, sermonear, querer tener la razón y
convencer a nuestros hijos por la lógica, cuando lo que está pasando es más a
nivel emocional, la ironía, la amenaza.
5.
“Para mí, la herramienta más poderosa es el proceso de comunicación no violenta con sus
cuatro pasos: hechos, sentimientos, necesidades y acción”.
6.
“¿Elijo el camino de los obstáculos, los muros en la relación para conseguir, con un desgaste
de energía enorme, lo que yo quiero que ocurra? ¿O elijo el camino del encuentro, de la profundidad, del
diálogo, de ver qué está pasando, de la empatía, de la honestidad?”
7.
“…el
silencio, para nuestros hijos, es retirada del afecto. Y ellos contactan con más
o menos angustia en ese momento, porque es la retirada de un afecto que
necesitan para sobrevivir”.
8.
“Yo no creo que haya nadie que resuelva todas las
situaciones con los hijos desde el encuentro, desde el cuidado, desde la
comprensión y desde la empatía. No lo creo”.
9.
“…cuando nos comportamos de una manera que no nos
satisface, no quedarnos engullidos por
la culpa. Salimos de la culpa inmediatamente que ponemos aprendizaje”.
10.
“… a nivel universal, a ninguna persona le sienta
bien que le impongan las cosas, que
le exijan. A ninguna edad (…) el ser humano viene, desde que nace, con una
constitución emocional preparada para defender la libertad, la libertad de elección. Y eso lleva al rechazo de la exigencia”.
11.
La
alternativa a no exigir no es el caos, es el diálogo. ¿La alternativa a la
exigencia? Límites. Límites claros, estructurados, amorosos. Y cuando pasamos
de la conexión a la que nos lleva el diálogo… ¿Qué necesitas tú, qué necesito
yo, y qué podemos hacer juntos para cuidar de ambas necesidades? La exigencia
ya no es necesaria y sí hay evolución, y sí hay motivación.
12.
LOS LÍMITES. ¿CÓMO PODEMOS GESTIONARLOS? ¿Cómo
podemos los padres, frente a nuestros hijos, tener autoridad sin ser o parecer
autoritarios?
13.
La comunicación
no violenta implica poner límites. Una comunicación en donde no se ponen límites, antes
o después es una comunicación violenta. Cuando no se ponen límites, las necesidades
de alguna de las partes no son respetadas o cuidadas. “Los límites son acciones
que nosotros elegimos poner para cuidar de una necesidad nuestra”.
14.
Sustituyamos el “pero” en la comunicación por el «al mismo tiempo», en lugar de
contraponer, suma. El «pero» anula, barre lo anterior, y el «al mismo tiempo»
incluye.
15.
¿Cuántos? ¿Tiene que haber muchos límites, tiene
que haber pocos?
16.
“Mi primera
obligación como madre es cuidar de lo mío, cuidar de mis necesidades, porque en
el momento en que yo cuido de mis necesidades, voy a estar disponible para
cuidar las del otro. Si yo no cuido de mis necesidades, dejando de poner
límites que siento dentro de mí o poniendo límites que no siento, al final le
voy a hacer pagar un precio a mis hijos. Porque si no cuido una necesidad, le
voy a hacer responsable. Y si pongo límites que no me convienen, va a pasar
factura a la relación también”.
17.
Cuando nuestros hijos no cumplen un acuerdo, algo que hemos pactado, el modelo
social que tenemos suele ser el
reproche, la acusación, el hacerle sentir culpable: «Habíamos quedado en
esto y no lo has cumplido». El juicio:
«Eres un irresponsable, no se puede confiar en ti». Palabras muy duras.
18.
A veces, en el tema de los acuerdos sucede que los padres los forzamos un poquito. Nos
parecen razonables. A veces los acuerdos responden a nuestras necesidades, pero
no la de ellos.
19.
“Si miramos en profundidad, cuando un acuerdo no se
respeta, ¿qué es lo que ocurre? Que alguna necesidad de la que no hemos sido
conscientes cuando fijamos ese acuerdo no está siendo cuidada”.
20.
“Tenemos dos
alternativas cuando no se respeta un acuerdo: utilizar esa falta de respeto
del acuerdo para alimentar desencuentro y confrontación o, a partir de un
acuerdo que no es respetado, llegar, pasando por explorar qué necesidades se
han quedado en el camino, a un nuevo acuerdo diferente y enriquecido, porque
este nuevo acuerdo cuida de más necesidades que el anterior”.
21.
En la
cultura del NO se toma esto como un NO a la persona, como algo
personal, cuando casi siempre es un no a la acción, un no a la propuesta, uno
al planteamiento ante una situación. Si nuestros hijos nos dicen NO y nos lo
tomamos como algo personal, crecerá la tensión, el conflicto, el desencuentro.
22.
En toda relación hay conflictos, pero nos han enseñado a resolver el conflicto de dos
maneras “que es como lo resuelven los animales: atacando o huyendo. Y eso sí es dañino. La comunicación no violenta
nos da un proceso que nos permite, de manera real, convertir el conflicto en
una situación de más encuentro que antes, porque hay un nuevo ajuste fruto del
conflicto que hemos tenido”.
23.
Nosotros elegimos: los conflictos son oportunidades de acercamiento o podemos
convertirlos en oportunidades de distanciamiento.
24.
Marshall Rosenberg da tres recetas para incorporar
la comunicación no violenta a nuestra vida. La primera receta es practicar, la segunda, practicar y la tercera,
practicar.
25.
“Ayuda mucho el decodificar necesidades. Quiere comer entre horas, ¿qué necesita?
Tiene hambre. Se está quejando del profesor, ¿qué necesita? Comprensión,
confianza. Me está diciendo que soy injusto con su hermano, ¿qué necesita?
Atención, cariño. Me está diciendo que cuánto me quiere, ¿qué necesita?
Seguridad afectiva”.
26.
“Somos asertivos en comunicación no violenta cuando
la fuerza vital la ponemos en proteger y en cuidar de nuestras necesidades”.
27.
«Conexión
antes de educación»…si pones el foco en la conexión antes de la educación,
luego la educación fluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario